Las lesiones más absurdas de la historia del fútbol
Bien es sabido que una de las circunstancias a la que se enfrentan los deportistas, y no especiamente menos los futbolistas, es la lesión. Alevosas las producidas a drede por un contrario malintencionado y también obviadas las derivadas de los propios lances del juego, en esta entrada se van a tratar las absurdas, ridículas y desgraciadas, catalogadas así por la situación en que se produjeron.
Martín Palermo, jugando en el Villarreal en la temporada 2001-2002, en un partido de Copa del Rey frente al Levante, celebrando un gol corrió hacia una grada, en la que una avalancha humana provocó la rotura de una valla que fracturó el tobillo del jugador.




Otra de porteros, que parece que tienen la negra. Santiago Cañizares, guardameta del Valencia y de la Selección Española, se perdió el Mundial de Corea y Japón a muy pocos días de su comienzo. Estando de concentración con sus compañeros, se le cayó un bote de colonia al suelo en el carto de baño con la mala suerte de sufrir un corte en un tendón de un dedo del pié.


Y el colmo de los colmos, el número uno de esta lista, la lesión ridícula más absurda que conozco, le sucedió al también jugador del Betis Menéndez, el diagnóstico: luxación del pulgar del pié; el motivo: quedársele éste enredado en la sábana al bajarse de la cama.
Fuentes para ampliar la imformación:
Diogo (Servette) Amputación dedo anillo
Pumpido (River Plate) Anillo larguero
Cañizares (Valencia) Frasco de colonia