Rummikub
Cada jugador coge catorce fichas y las coloca en su gradilla, las fichas evidentemente no se escogen, sino que estando todas colocadas boca abajo, aleatoriamente retira cada jugador las suyas.
Una vez retiradas, recogidas o tomadas, colocadas y ordenadas se comienza la partida con las consabidas fichas. Una manera buena de saber quién es quien empieza es hacer un sorteo, que no rifa ni elección a dedo. Cada uno elige y voltea una de las fichas restantes, extra, y el que obtiene la de mayor puntuación, comienza la competición.
El objetivo del juego es poner sobre la mesa cada una de las piezas y quedarse sin ninguna en la gradilla o tribuna de manera que se hagan series o escaleras, mas no con fichas cualesquiera. Las series han de ser compuestas de fichas de la misma cifra y para las escaleras será un poco a la inversa, de diferentes números pero consecutivos y todas del mismo color, digo.
La cosa se va complicando y es ahí donde esta el tomate, las fichas se van combinando, cambiando, alterando, reordenando; según como se colocan, según como se van jugando. Pero evidentemente, más entretenido es jugar que lo leído y por eso es porque digo que enganchados a este vicio anda uno y sus amigos.