Nos gusta creer lo que pasa en las películas. Nos gustan los finales felices y emocionarnos; y no llevamos nuestras vidas ni por asomo cercanas a algo así. Ahora no sé si es la realidad la que imita al arte o justo al revés.
Podemos convencer a alguien de algo cuando concierne a lo racional. Por otra parte, puede que no tenga mucha validez algo hecho en contra de la voluntad de uno o sin iniciativa personal. Si se hace por agradar, se debe tener en cuenta la gracia propia para no esclasvizarse aun con el propio consentimiento.
Así, llegado a este punto, sólo obtengo como conclusión que la única posibilidad se da cuando se alinean los planetas. O es que no tengo fuerzas, o simplemente es que desconozco la manera.