El cascabel del gato
Seguramente muchos de los que leéis esto conoceréis el cuento del cascabel del gato, ese en el que unos ratones, para tener localizado al gato, idearon colgarle del collar un cascabel. El problema de los ratones era que ninguno de ellos se atrevía a ser el osado en colocar el cascabel.
Para esta temporada, me he sacado el carne de sufridor del un, dos, tres. O lo que es lo mismo, el carne del Betis. Así que todo aquel que quiera localizarme podrá ponerme un cascabel en forma de calendario de liga de fútbol. Y casi por seguro tendrá que cada fin de semana que el Betis juegue en casa, me encuentre por Sevilla.
Pero no quiero citar este cuento como ejemplo de lo que habitualmente suele ser, de cómo casi todo el mundo tiene una buena idea pero casi nadie se atreve a ejecutarla.
Más bien a lo que quiero llegar es al cascabel del gato, a localizarlo, o más bien a cómo localizarme a mí. Pero no, no es que yo me haya perdido de mí mismo, estoy ofreciendo una ayuda, una manera de que me encontréis.
Más bien a lo que quiero llegar es al cascabel del gato, a localizarlo, o más bien a cómo localizarme a mí. Pero no, no es que yo me haya perdido de mí mismo, estoy ofreciendo una ayuda, una manera de que me encontréis.
Para esta temporada, me he sacado el carne de sufridor del un, dos, tres. O lo que es lo mismo, el carne del Betis. Así que todo aquel que quiera localizarme podrá ponerme un cascabel en forma de calendario de liga de fútbol. Y casi por seguro tendrá que cada fin de semana que el Betis juegue en casa, me encuentre por Sevilla.