domingo, noviembre 26, 2006

Sevilla - Berlín 0 €, 1h.

"Me levanto la mañana del domingo en que habían cambiado la hora y para mi sorpresa, mi teléfono ya se había corregido él solito y marcaba la hora correcta. Qué listo es, pensé. Y yo que quiero deshacerme de él. Cada día le descubro algo que me hace verlo mejor. Aun sin cámara, ni color, ni nada de eso, seguro que es mejor teléfono que muchos de los actuales.

Bicheando por las entrañas del aparatito, descubro que tiene un menú de selección de husos horarios, con el cual puedes cambiar la hora según viajas por el mundo, e incluso puedes ponerlo en modo automático y el propio móvil se pone en hora según te mueves.

Mi sorpresa es que el teléfono no había modificado la hora por el cambio horario, sino porque se había ido a Berlín y se había quedado con la hora de allí. Todavía de vez en cuando se va y se olvida de restituir la hora de esta longitud, pero se lo perdono, quizá porque la cosa tiene coña o porque me da envidia de que él se vaya y yo no."



Extraído con permiso de "En la calle y con la casa sin hacer" de James P. Oldtown.

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2 comentarios:

Blogger el trampero ha dicho...

Si hasta para esas cosas es rarito el James P. Oldtown este... ¿no puede llevar relojes de esos que salen en las magdalenas como todo el mundo?

Señor swi, a ver si nos ponemos las pilas de una vez por todas, ya sabes, mandanga de la buena.

10:24 p. m.  
Anonymous Anónimo ha dicho...

¿¿¿pero se puede saber qué les haces a tus aparatos tecnológicos que todos se te rebelan??? ;P

3:30 p. m.  

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