sábado, junio 25, 2005

Caducidad programada

Todo tiene un final. Desde que los antiguos dejaron de existir, ya nadie se preocupa por hacer nada para que dure para siempre. Dentro de varios siglos o milenios, nadie encontrará una pirámide del siglo XX y mucho menos un aparato electrónico del XXI.

La costumbre hace extraños compañeros de viaje. Nunca tuve gran ilusión por tener un electrodoméstico de esos que son portátiles y sirven para hablar; pero la inadaptación social y la generosidad de una persona hiceron que uno de esos terminase en mis manos. Y parace que su tiempo toca a su fin. Pese a que me resistía a que fuese o se considerase un apéndice de mi persona, al final el uso degenera casi en abuso y si bien no es algo completamente imprescindible, termina siendo algo bastante necesario.

Y parece ser que es el final del aparatejo. Las habladurías populares y algún amigo ingeniero comentan que estas cosas se fabrican con una fecha de caducidad programada, con el claro objeto de una vez enganchado a su uso, te vuelvas una víctima del consumo. Y en esas me veo yo.

El segundo plano del asunto es la forma de pago y la compañía a la que hacer un poco más rica. Mientras siga dándole vueltas a eso, seguiré dejándome los dedos apretando botones que no siempre funcionan.

Así que si me llamas y no lo cojo, ya sabes por qué es.

1 comentarios:

Blogger loto ha dicho...

Cambiate a moviStar y te hago uno de mis favoritos ;-)

6:03 a. m.  

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