lunes, mayo 21, 2007

Lo que hay que sufrir por la mierda del amor

Y resulta que el bonometro que llevo no vale, así que un gesto señalándolo y luego a la taquilla, el volumen de voz subido más de lo normal y el guardia de seguridad convencido de que le ha dado la explicación conveniente a un extranjero.
En la taquilla, la cola que uno elige siempre es la más lenta y el cambiarse, es para peor. Se me caen diez céntimos y me encuentro diez euros. Todo eso en el tránsito del tren al metro.
Y por los pasillos se pueden oir esas grandes verdades de la vida que la gente piensa en voz alta.

2 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Y yo lo se bien...

10:27 p. m.  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Sobre todo cuando quieres lo que en principio no puedes tener.

11:27 p. m.  

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio