lunes, agosto 29, 2005

El cartel

"En todos los viajes que hacíamos había una curva en la carretera con una casa derruída. Daba igual el destino -aunque no sucedía si íbamos a una ciudad y entrábamos por una autopista- y siempre estaba allí, sin tejado, con alguna viga carcomida, por supuesto sin puertas ni ventanas, con alguna pared de menos y con un cartel anunciando un circo, descolorido a tonos azules."

Extraído con permiso de "Aves de interior" por James P. Oldtown.

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jueves, agosto 18, 2005

Un texto prestado

el guerrero mira al horizonte...
deja lo que estas haciendo
sientate , reposa
relaja tus ojos y mira al horizonte

eres parete del universo, eres hijo de cielo y de la tierra
del tiempo
hermano del sol y de la luna.
tu vida tiene q ver con todo lo q ves , eres parte de ello
tienes todo para ser feliz , asi
q no busques mas alla de ti
conecta tu corazon, siente tus latidos,respira , escucha, elevate y respira nuevamente
tu sonrisa ilumira el camino
un beso querido amigo
cuidate


Hoy tomo prestado un texto; como me lo esribieron a mí, supongo que no hace falta pedir permiso. Si no, ya sabré cómo disculparme.

miércoles, agosto 17, 2005

El baile de máscaras

"Aparecí allí, sin máscara. Y todos se reían de mí"

Extraído con permiso de "Aves de interior" de James P. Oldtown

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martes, agosto 16, 2005

Como en una película de Jeunet

Las manchas de carbón suben por las paredes. El lagarto me mira, ya ni él mismo sabe de qué color es, porque este martes sabe a lunes. Todo lo bueno se acaba, al niño se le cae la bola del helado en la misma puerta de la heladría y llora. Una vieja con tres pelos en el mentón pisa la bola y casi resbala. Se apoya en su bastón de madera. Madera de caoba en la mesa de la pata coja que suena cada vez que el bibliotecario baja un libro polvoriento de la estantería. Sopla sobre la cubierta y levanta una nubecilla de polvo que hace que piquen los ojos. Más lágrimas y estornudas. Y sacas el pañuelo, el mismo pañuelo con el que te despides de mí desde ese tren que sale cada mañana y que cada mañana te lleva lejos de mí. Todos los días tenemos que pasar por lo mismo. Pago el café pero no lo bebo. No sé a qué sabe, pero no a café. Salgo a la calle refunfuñando, cuando debería haberme quedado y protestarle al camarero, pero esas cosas como muchas otras se nos ocurren siempre un minuto después. Y llego tarde. Desde lejos veo salir el tren y corro. Y cuando estoy a punto de alcanzarlo te veo en la ventanilla con ese pañuelo, el mismo pañuelo de siempre. No puedo correr más, no puedo respirar bien; jadeo, creo que tengo los pulmones negros. El humo nunca me sentó bien y el tren de carbón se sigue yendo una y otra vez. No me despierto, luego no me duermo.

Las manchas de carbón suben por las paredes....

jueves, agosto 11, 2005

Por ti mismo, nada para hoy

Había escrito un texto que el ordenador, el blog o cualquiera de esos duendecillos que nos persiguen y nos atormentan se ha encargado de hacer desaparecer. No me apetece nada volverlo a copiar, así que esto es lo que habrá.

lunes, agosto 08, 2005

La goma de borrar

Cuando éramos pequeños usábmos unas gomas de borrar que eran mitad blancas, mitad grises; se suponía que la parte blanca borraba lápiz y la gris tinta. Se suponía, porque realmente no borraban tinta; se deshacía la parte gris, se gastaba el papel, pero no desaparecía el error. Y la parte blanca tampoco era demasiado buena.

También estaban las gomas de nata, esas eran blandas y olían bien. Casi seguro que todos teníamos en clase un compañero que se las comía; y otro clásico era cortarlas en pedacitos con la cuchilla del sacapuntas. Estas gomas no me gustaban tampoco, porque yo solía apretar demasiado el lápiz sobre el papel y antes de conseguir mi propósito, deshacía la goma.

Las gomas que siempre me han gustado son las duras, podría decir la marca y quedarán perfectamente identificadas, pero como no me pagan por hacer publilcidad, no la mencionaré. Si alguna vez hubo algo de esas gomas que no me gustaba era cuando se deslizaba por dentro del cartón azul y ya no había manera de que recuperase su posición original. No sé si es que después las han fabricado con el cartón más holgado o que con el tiempo me he vuelto más habilidoso y paciente, pero eso ya no me pasa.

En cuanto a gomas en el extremo de un lápiz o dentro del tapón de un portaminas, pocas he visto que borren y no emborronen.


Realmente, esto de las gomas iba a ser una especie de introducción medio metafórica del tema a tratar hoy; algo así como la canción de la escoba de los Sírex. Pero tal y como está se queda. Un pequeño ejercicio de nostalgia.

miércoles, agosto 03, 2005

Sin conservantes

"Aquel día compramos yogures, de esos de sabores con pedacitos de fruta que tienes que pararte a masticar antes de tragar. Yo tenía muchas ganas de tomármelos, los hubiera abierto en la misma tienda y me los habría comido todos, pero esa no era la idea. Los guardamos, tú en la nevera y yo en la despensa. Después te fuiste, pero como habíamos quedado en que nos los comeríamos los dos juntos, los miro y te espero.
Espero que para cuando vuelvas no se hayan echado a perder"


Extraído con permiso de "Aves de interior" por James P. Oldtown

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lunes, agosto 01, 2005

Intolerable

Hoy escribo con un poco de mal humor. Hay cosas que me irritan y es que hay gente con muy poca educación que no saben estar en sitios públicos. En concreto me refiero al cine.

No comprendo cómo puede haber gente que se pasa las película enteras comentando cada escena o preguntando qué va a pasar o por qué pasan las cosas; absurdo si pensamos que normalmente la gente no ha visto la película y por tanto no lo sabe. Otra cosa que tampoco me entra es cómo la gente puede ser tan guarra y dejar tanta basura, con lo fácil que es llevarse uno lo que trae.

También están los que se levantan, aunque no les voy a dar mucha caña, que ya tendrán bastante con su incontinencia. Pero otra especie de levantadores son los que se ponen de pié nada más terminar la última escena. Ahí parte de la culpa la tienen los que encienden las luces, que parece que están echando a la gente. Alguna vez ha salido alguna escena más al terminar las letras; en la última ocasión que pasó algo así no la pude ver bien por las dichosas luces.

Encuentro que en los créditos se pueden ver cosas interesantes, como el reparto, las localizaciones o los temas de la banda sonora, -está claro que por el asistente de cámara de la segunda unidad no me quedo mirando letras- también interesante de oir.

Y ya que me he descargado contra el público y estoy empezando con los empresarios de las salas, también me quejaré de los anuncios. Si ya he pagado una entrada, no veo por qué me tengan que hacer ver publicidad. Diferentes son los trailers, siempre interesantes y útiles para estar al día de las novedades.

El verano es mal tiempo para el cine, asi, si voy, tendré que ir a ver películas de visionado fácil, para consumidores compulsivos que ven al cine como un producto y no como un medio de expresión artístico y encontraré más de lo mismo.